¿Os he contado alguna vez que me encanta la teletienda? Pues sí. Es un mundo maravilloso. Y de hecho hay pocas cosas mejores que se puedan hacer cuando estás de entrega que tener la teletienda de fondo a las 2 de la mañana. Frases maravillosas e irrepetibles:
"Es una oferta especial de televisión"
"Y sólo si llama ahora, podrá conseguir dos magníficos abdominator al precio de uno sólo. Aproveche esta oferta irrepetible"
"Y además podrá pagar en cómodos plazos"
"Y sin ningún esfuerzo"
Pensaba que mi anuncio preferido de todos los tiempos era el del Nicer Dicer. Había desbancado incluso a aquel en el que salía Danny Glover mostrando las virtudes de un "easy musculator" o algo parecido. Y eso tiene mérito. El Nicer Dicer proclamaba estar construído según las estrictas pautas de la ingeniería alemana. El momento en que me conquistó definitivamente fue aquel en el que el vendedor preguntaba: "¿Ha intentado cortar alguna vez un tomate en dados? ¡¡Es prácticamente imposible!!" ¡¡Y qué razón tiene!! ¿Quién no lo ha intentado alguna vez? Maravilloso invento el nicer dicer.

Entonces fue cuando vi otra maravilla de la venta a domicilio. El colchón hinchable Restform. No podía dejar de mirar esas imágenes a cámara rápida en las que la modelo intentaba mantener la sonrisa y no moverse a la vez que se hinchaba el colchón. Y parpadeaba así como en media milésima de segundo, mientras efectivamente se movía todo muy rápido. El momento cumbre llegaba con los dos leones marinos. Es el colmo del surrealismo, envasado y hecho producto de teletienda. El domador los hacía subir a la cama, y les lanzaba pescaditos como premio, mientras una voz te convencía de que si tu acompañante es como un león marino no importa, no te vas a enterar gracias a la triple capa del colchón restform, que no transmite los movimientos de un lado a otro de la cama. Genial

Pero la verdad es que ahora todo me parece poco tras el descubrimiento del Tiddy Bear. No tengo palabras, estoy emocionada. Me encanta. Ahí va, que lo disfrutéis:
Y no, no voy a hablar de las elecciones. Que sea lo que Dios quiera.